Cómo empezar a enseñar a leer a sus hijos en cinco sencillos pasos

Leer es una de las habilidades más esenciales que cualquier padre puede proporcionar a sus hijos. Para algunos, es más fácil dar que mantener. Tanto si tienes un bebé que no se echa la siesta hasta que le lees, como un niño pequeño que no puede resistirse a pasar las páginas de tus libros. Está demostrado que la lectura mejora la memoria, reduce el estrés e incluso retrasa el envejecimiento del cerebro. Hoy en día, existen muchos sitios donde buscar el mejor libro para aprender a leer. Afortunadamente, hay varias formas de hacer que tus hijos lean sin asustarlos con misteriosos revoltijos de palabras o complicados libros de cuentos. La clave está en asegurarse de que entienden por qué están aprendiendo (y cómo) y en crear una atmósfera que haga que el aprendizaje sea divertido y educativo en lugar de frustrante o aterrador.

Empezar con un libro juntos

La lectura es una habilidad que puede adquirir cualquier persona, no sólo los jóvenes. Leer a los niños es una forma muy sencilla y eficaz de empezar a enseñarles a leer. Si tus hijos aún no son lo bastante mayores para leer por sí mismos, puedes ayudarles turnándose para leer en voz alta a los demás niños de la clase. Si tus hijos tienen más de cinco años, puedes comprar libros para que los lean o pedirlos prestados en la biblioteca. Cuando termine de leer, comente el libro con su hijo y asegúrese de que sabe por qué está leyendo el libro, cómo puede mejorar su lectura y qué puede hacer para que ésta sea más interesante.

## Aprender a leer palabras y letras

La lectura se compone de cuatro habilidades distintas pero interconectadas: leer, escribir, hablar y escuchar. Aprender a leer es un proceso de descubrimiento y, en el fondo, es un proceso creativo. La lectura es un proceso tanto creativo como lógico y, a medida que los niños crecen, empiezan a apreciar más los aspectos lógicos y creativos de la lectura. Puedes fomentar el lado creativo de tu hijo dejándole crear un personaje a partir de letras o palabras. Pídale que invente un nombre para su héroe y que vea si su personaje cumple años o vive en una casa. También puedes animar a tu hijo a leer palabras en diferentes contextos, como cuando está jugando a un juego de animales o de niños y quiere saber la palabra “zorro”.

## Prepara un rincón de lectura

Una de las formas más eficaces de conseguir que tu hijo lea es poner un libro en su propia habitación y colocar un rincón de lectura dentro. Los rincones de lectura suelen ser mesas o escritorios con una alfombra o manta especial para sentarse, de modo que tu hijo pueda concentrarse mejor en el libro y no en el espacio que le rodea. Los rincones de lectura son una forma estupenda de conseguir que tu hijo lea tanto dentro como fuera de casa (se acabó leer en el coche o en el avión). También puedes utilizar un pupitre o una mesa de clase normal (dispuestos en forma de cuadrado o rectángulo) y colocar junto a ellos un cuaderno grande y colorido. Este será el club de lectura de tu hijo y podrá elegir cualquier libro que le guste para compartirlo con sus compañeros. Decora el cuaderno con pegatinas, carteles y otros elementos visuales para hacerlo más interesante y atractivo. También puedes utilizar una estantería normal o un estante en la cama o el cuarto de juegos de tu hijo para que pueda sacarlo y recurrir a él cada vez que se sienta confuso o incómodo. Si los libros son los amigos especiales de tu hijo, también puedes crear un rincón de lectura en tu cocina. Cuando tu hijo sea mayor, puedes trasladar el rincón de lectura a su dormitorio para que pueda seguir leyendo sus libros a su aire y eliminar los bocadillos, juguetes y otras distracciones que ocupan espacio en la sala común.

Deja que ayude a escribir e ilustrar sus propios libros.

Los niños son creativos por naturaleza, y aunque puede que no sean tan artísticos o creativos como tú como adulto, siguen teniendo mucho potencial a la hora de escribir e ilustrar sus propios libros. Cuando te interesas por primera vez en enseñar a tu hijo a leer, puedes tener la tentación de comprar un libro con sus dibujos o pinturas para enseñarle a empezar. ¡Resiste la tentación! Aprender a escribir e ilustrar un libro es un acto espontáneo y puede llevarle a tu hijo más tiempo del que está dispuesto a dedicarle. Es mucho más eficaz dejar que su hijo le ayude a escribir e ilustrar él mismo un libro y luego discutir con él el producto terminado. Aunque su hijo no tenga tanto talento como usted, puede animarse a probar a ilustrar un libro y ver lo que puede hacer. Si la idea le entusiasma lo suficiente, quizá decida empezar a crear sus propios libros.

## Dejar de rascarse y leer juntos

Pedirle a tu hijo que se siente y se rasque la espalda puede ser una tarea desalentadora para un niño pequeño. ¿Quiere hacerlo? ¿Está preparado? Rascarse puede ser un signo de ansiedad o estrés, y aunque es natural sentirse así cuando no se sabe qué hacer, rascarse la espalda no ayuda a nadie. En lugar de regañar a tu hijo por rascarse, asegúrate de que le quieres y de que quieres rascarle la espalda. Al cabo de un rato, tu hijo se dará cuenta de que lo está pensando demasiado y se relajará, permitiendo que le rasques la espalda aunque no esté preparado. Después de unos minutos de rascarse, es probable que tu hijo también quiera leer, y los dos podréis dedicar vuestra atención a su libro. La lectura puede ser una experiencia realmente enriquecedora para tu hijo, ya que le permite procesar la información más profundamente de lo que lo haría normalmente. Además, leer en voz alta es una de las mejores maneras de hacer que tu hijo se sienta adulto. La lectura también puede ser una experiencia de unión para ti como padre. Si lleváis mucho tiempo juntos, puedes hablar con tu hijo sobre su lectura o leerle. Si no te apetece leer, siempre puedes sentarte en silencio o hablar contigo mismo.

Conclusión

La lectura es una de las habilidades más esenciales que cualquier padre puede proporcionar a sus hijos. Para algunos, es más fácil darla que mantenerla. Tanto si tienes un bebé que no duerme la siesta hasta que le lees como un niño pequeño que no puede resistirse a pasar las páginas de tus libros, está demostrado que la lectura mejora la memoria, reduce el estrés e incluso retrasa el envejecimiento del cerebro. Hoy en día, aprender a leer es una actividad casi tan extendida como jugar a los videojuegos. Afortunadamente, hay varias formas de conseguir que tus hijos lean sin asustarlos con misteriosos rompecabezas de palabras o complicados libros de cuentos. La clave es asegurarse de que entienden por qué están aprendiendo (y cómo) y crear una atmósfera que haga que el aprendizaje sea divertido y educativo en lugar de frustrante o aterrador.

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